viernes, 5 de agosto de 2011

Lecturas de verano II


De paseo por Madrid vi en el escaparate de una librería este libro. Al autor no lo conocía y el título me llamó la atención. Mi hija lo tenía en su casa y lo empecé a leer. La soledad de los números primos, de Paolo Giordano, es un libro que habla de la emociones, de la soledad, de los desajustes emocionales, de los complejos físicos y síquicos, de la anorexia no sólo física sino también la de los sentimientos, especialmente del amor y de las marcas que pueden dejar hechos ocurridos en la niñez.
Los comportamientos humanos, las causas y consecuencias de una pérdida, la adolescencia y también la edad adulta son temas que toca el autor con gran maestría. El libro en sí no es muy grande, tan sólo unas 281 páginas que por su trama atraen y cuyo final es una liberalización no sólo de los personajes sino también del lector que respira luego de tanta emoción contenida.

Lecturas de verano I


He comenzado mi andadura veraniega con aquellos libros que uno siempre quiere leer pero que se van quedando atrás en la selección, son libros que atraen por sus autores o por sus títulos.
En este caso he leído a José Saramago, que con su Ensayo sobre la ceguera, me ha llevado por un realidad imaginaria en la que el autor ha sacado a relucir todas las miserias humanas existentes en situaciones límites. Una situación inventada en la que cada personaje vive la experiencia según sus propios instintos de supervivencia y donde los valores se pierden, se modifican o se mantienen. Su lectura me ha mantenido en vilo por los distintos momentos vividos, por su redacción impecable y por la descripción tan detallada de los ambientes y de los comportamientos de cada uno de los personajes que han participado. Una curiosidad ha sido que cuando hablan los protagonistas o los que intervienen en la historia no hay signos que lo indiquen, sino que con punto y seguido el autor nos indica cuando participa uno u otro.