martes, 15 de septiembre de 2015

Recuerdos








Hay situaciones que te retraen a un tiempo pasado en el cual has vivido momentos increíbles. Conservo en mi baúl de los recuerdos (físico) dibujos, mensajes y notas de alumnos que tuve como profesora de español (DELE) en Alemania. Hoy muchos de esos niños serán adolescentes, otros padres, muchos abuelos y otros tantos profesionales en el área de su competencia. 

Al escribir esto se me nubla la vista por los recuerdos tan lindos que tengo de aquella época y que perduran en el corazón. 
Mi memoria de pez no recuerda nombres pero mi memoria de elefante recuerda a todos aquellos que de una manera u otra me ayudaron y me guiaron, así como guardo en el corazón abrazos, sonrisas y lágrimas de agradecimiento. Ayer volví a las aulas, ayer volví a sentir esa pasión por la enseñanza, ayer renací de mis cenizas y hoy me emociono de pasado y presente. ¡Buenos días!

sábado, 27 de junio de 2015

Vieja recalcitrante

Me estoy convirtiendo en una vieja recalcitrante, a más años peor.

Ir al cine y que coincida un grupo de adolescentes detrás de uno, es decir, en la última fila puede convertirse en una pesadilla. Van de acá para allá, hablan en voz alta, utilizan el móvil (bueno, esto no es sólo de los adolescentes, muchos adultos también lo hacen), cargan con súper paquetes de palomitas que se tiran unos a otros y caen sobre tu cabeza.

Por no decir, de un mocoso ordinario llamado Pablo que cada dos por tres se tiraba “pedos” y todos festejándole la gracia.

Me tuve que dar vuelta y decirles que por favor se callaran y que dejaran de tirarme palomitas, pararon, lo que tardé en volverme. En la sala había dos grupos de estos adolescentes, y cual animales se comunicaban con el otro que estaba en la otra punta con silbidos. 
De los adultos que había allí, ninguno, pero ninguno dijo nada de nada.

Seguramente como voy dos veces al año al cine esta evolución “involución de comportamiento social” me pilla de sorpresa y es lo habitual en una sala de cine.

Cuando terminó la película, salieron como animales salvajes, escaleras abajo, corriendo y chillando, comportamiento que como digo, quizás sea el habitual de un tiempo a esta parte.

La sala tiene moquetas y asientos oscuros, las palomitas estaban desparramadas en el suelo, en las butacas y en todo aquello que las hubiera contenido de su vuelo, un chiquero en toda regla.

Si lugar a dudas, pensar que la educación brilla por su ausencia es característica indudable de me estoy convirtiendo en una vieja recalcitrante.

De la película... ya ni me acuerdo.




sábado, 28 de marzo de 2015

¿Cómo crecer?


© Spinoza AC


Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.

Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque 

no podía florecer como la Rosa.

La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. 

Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.

El rey preguntó:

¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?

No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras 

querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. 

En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mirate a vos mismo.

No hay posibilidad de que seas otra persona.


Podes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podes marchitarte en tu propia 

condena...

Un cuento de Jorge Bucay.

jueves, 19 de febrero de 2015

"Coffe to Go" Villeroy & Boch






© Spinoza AC


Hace unas semanas me regalé el vaso de “Coffee to Go” de cerámica de Villeroy & Boch. A simple vista me encantó el producto. La cerámica es muy fina, el diseño muy elegante y mi solución para mantener el café caliente.

La caja que contiene el producto trae una funda que a simple vista no sabes para qué es ya que en la publicidad se ve a la modelo con el vaso directamente en la mano. La tapa tiene una unión de silicona negra que logra un cierre hermético y si se cayese no se desparramaría el líquido como en el caso de una taza.

Hasta aquí todo perfecto, genial como en toda teoría.

A la hora de la práctica la realidad es muy diferente. 

Previo lavado y secado del vaso, cuando se pone el café, la cerámica se calienta de tal manera que es imposible sostenerlo con las manos porque te las quemas (literalmente) y ni qué decir si se hace un té.
Para evitarlo está esa funda maravillosa que revienta el diseño y la elegancia del vaso. 
Cada vez que lo dejas en la mesa se resbala y hay que volver a ponerla en su sitio y el color es tan delicado que a la mínima se mancha.

Luego cuando vas a tomar un sorbo del café o té un sabor/olor desagradable, por no decir asqueroso, te revuelve el estómago. En un primer momento y casi instintivamente se piensa que algo se ha hecho mal, sin embargo, ese sabor/olor lo produce la silicona en contacto con el calor por un lado y con el líquido por el otro.

Pensé que se debía al primer uso, pero no, la realidad es que ese olor/sabor no se va ni siquiera en el cuarto intento ni transcurridos varios días entre cada uno de ellos.


Este producto de Villeroy y Boch deja mucho que decir, envié un email preguntando si ese olor/sabor se iba o era un fallo de la silicona y aún estoy esperando respuesta.











http://www.produkttestergesucht.de/gratisproben-bestellen/villeroy-boch-coffee-to-go-becher.html
http://www.villeroy-boch.es/shop/novedades/coffee-to-go.html

sábado, 7 de febrero de 2015

La niña y yo

© Spinoza AC


Primero la vi a ella con su padre. Luego se acercaron su madre y hermano. Les cedió su asiento otra pasajera y se sentaron todos juntos.

Íbamos sentadas en filas distintas y en direcciones opuestas, en diagonal. Yo estaba en la misma dirección del recorrido del tren y ella en la dirección contraria, sin embargo nos podíamos ver directamente porque el campo visual no estaba ocupado y porque no había muchos pasajeros a esa hora.

Ella iba en el asiento de la ventana. La diferencia de edad entre ambos no sabría a ciencia cierta decirla pero más de diez años seguro. Los años que tendría ella. Su padre llevaba un sombrero negro y una chaqueta de cuero del mismo color. Su madre iba en la gama de los marrones.

Yo iba sola, sentada en la ventanilla también.

En la parada del aeropuerto subieron unas cuantas personas, extranjeras, turistas.
Uno de los pasajeros se sentó enfrente mío, pero en el asiento contrario. Disimuladamente fumaba su cigarrillo electrónico, una calada, miraba aquí y allá, una segunda y una tercera.
De pronto se levantó y se sentó a mi lado dándome la espalda.

En ese espacio del vagón, habían dos chicos más, ambos concentrados en sus respectivos móviles.

Hablaban a voces, quizás por el ruido del tren necesitaban hacerlo o quizás por esas copas de más que traían en el cuerpo y que se reflejaban en la lengua trabada al hablar y en unos ojos desencajados y rojos. Hablaban inglés.
Alguien contó algo y retumbó sobre el sonido del tren la carcajada de mi acompañante y la risa de los otros, nos asustamos. 

Pude ver a la niña que se había sobresaltado igual que yo y en esa distancia de pasillos, pero en esa cercanía visual nos sonreímos. Su mirada coincidió con la mía, quizás porque ambas reaccionamos igual, quizás porque su susto y el mío se reflejaron al unísono. Su sonrisa preciosa, leve, sin aspavientos, con sus ojos iluminados por estar viviendo un momento distinto al que se estaba produciendo en su entorno. Éramos cómplices del susto y eso nos gustó.

Nuestro destino era el mismo, antes de bajar, me puse la chaqueta, arreglé mis cosas, me levanté. Le sonreí y la saludé con la mano, me devolvió la sonrisa y el saludo. Su hermano y madre se dieron cuenta de nuestra complicidad, y pude escuchar por encima del hombro cómo le llamaban la atención y le recriminaban saludar a una desconocida. 

No entiendo el francés, pero para algunas cosas las traducciones son innecesarias.


jueves, 1 de enero de 2015

De paso... por la vida.


      
© Spinoza AC

 ¡Feliz año nuevo para todos! y no olvidemos que en esta vida estamos de paso.

"No somos lo que hacemos ni lo que pensamos. Tan sólo somos la huella que dejamos."
MJ. Bustelo