viernes, 4 de noviembre de 2016

Nuevos mundos: acuarelas

"Si busca resultados distintos, no haga siempre lo mismo".

Albert Einstein 


El comenzar a trabajar con niños, y el tener a mis nietos ha hecho que tome contacto con colores, dibujos, figuras y la libertad de desarrollar una creatividad interna pendiente.
A medida que ha ido pasando el tiempo, que he observado las reacciones de unos y otros mis exigencias han disminuido, porque los niños ven a través del corazón,  y no si una línea o un círculo está correctamente trazados.
De pronto me vi inmersa en papeles, lápices, dibujos y un sin fin de materiales para motivar a unos peques a estar entretenidos y aprender un idioma a través del juego.
Ensayo-error ha sido la técnica para desarrollar recursos que me llevaran a conseguir la meta propuesta. Los niños son curiosos por naturaleza y yo conservo esa curiosidad innata.
Una cosa ha llevado a la otra e internet a través de las distintas propuestas me puso en contacto con verdaderos profesionales de la enseñanza que con su contribución en los distintos canales, blogs, YouTube, Pinterest, etc., etc., han fortalecido el deseo de aprender, aprender a pintar con acuarelas.
Cuando se inicia la búsqueda de ese algo que nos lleve por el camino que deseamos, nos encontramos con una gran diversidad pero de alguna manera en las redes también, con un clic aquí y otro clic allá, lo vamos encontrando.
Compré una caja pequeña de acuarelas,  unos pinceles, hojas y de pronto me encontré investigando sobre un nuevo mundo: el mundo de las acuarelas.
Mis conocimientos sobre el tema, más que nulos, se fueron incrementando gracias a la colaboración de tantos youtubers de distintas partes del mundo. Sin darme cuenta, la mayoría eran de habla inglesa o alemana, un punto a favor para mejorar y mantener ambos idiomas. Algunos muy pasivos, otros demasiados activos, unos con una voz templada, otros con voz chillona y así poco a poco fui seleccionando y aprendiendo de unos y otros. También escucho profes de habla hispana, pero al hacerlo con otras lenguas es un desafío añadido que me gusta más.

Y así comenzó mi andadura con los colores, el agua, los pinceles, el papel y una creatividad adormecida que una vez activada no deja de manifestarse.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Caras de culo


Hay organismos públicos a los que no se suele ir con frecuencia o a los que nunca se ha ido y que por circunstancias extraordinarias hay que ir a solicitar un documento.
La sensación de pueblerina que se le queda a uno en el cuerpo ni bien traspasa la primera puerta es bastante fuerte. Luego la pantalla del ordenador para coger número, de acuerdo a la pregunta que has respondido, antes de pasar el control de metales. Con el número en la mano, una pantalla digital te indica que es el tuyo, vas al puesto correspondiente y una trabajadora/funcionaria con cara muy seria, más que seria como enfadada sin responder al saludo de cortesía, al simple “buenos días”, va al grano y me dice: ¿Qué quiere?, así sin más.
Le digo lo que necesito, y responde que con ella no es que saque otro número en la letra X. Ya sabiendo donde y como funciona el ordenador saco mi número para la letra X, regreso a la sala de espera, y en la pantalla mi número con su correspondiente letra.
Voy al mostrador, ya con otra mirada general del lugar y un trabajador/funcionario con cara de mala leche, escucha mis “buenos días”, y no responde.
- ¿Qué quiere?, me dice, “buenos días” ¿no?, le vuelvo a repetir, y con mala leche dice: si, ¿qué quiere?.
Le explico lo que quiero, - rellene esto, y luego me lo da sin sacar número.
Relleno, espero, miro, observo, entrego y salgo con una mala onda terrible.
No justifico la mala educación de nadie, pero creo que en ese lugar de trabajo, la mayoría desayuna con vinagre o mejor dicho que el desayuno se les avinagra a medida que trascurre el día de trabajo, y que están tan hartos de trabajar con gente que no se preocupan en lo más mínimo de ser repugnantes, mal educados y groseros. Es igual que sea mujer u hombre, todos tienen el mismo comportamiento, el mismo lenguaje corporal y las mismas caras de culo.
Hoy tengo que volver para recoger el documento solicitado y es viernes.

viernes, 12 de agosto de 2016

Colores

(c) Spinoza AC

Siempre me gustaron los colores, colores para usar y colores para la vida.

Los colores tienen un significado, representan una emoción.
Sin duda el negro no es un color de mi vida, sin embargo le reconozco el valor de la formalidad y la elegancia que tiene, de la uniformidad en determinadas situaciones o específicas de lugares de trabajo.

Hoy estoy rompiendo con un molde que durante años ha rondado mi cabeza, y que durante mucho tiempo me limitó con respecto a la utilización o al placer de usar colores.
A veces tomamos como referencia a alguien a quien le atribuimos todo aquello que nosotros no somos, ni tenemos por asomo o que creemos que no lo poseemos (esa es otra historia).

La cuestión es que las palabras marcan y uno en su inocencia, en su incredulidad cree que esa persona está en lo cierto, por edad, por experiencia, por el respeto que uno siente.

Ahora con mis colores, con la edad que tengo y con las ganas de disfrutar de ellos rompo con ese modelo de juventud que no tiene nada que ver con el uso o no de colores, sino con la estrechez mental de cada uno o la época que se vive o con un modelo restringido.

Obviamente que con el transcurso del tiempo, con la madurez propia (aunque interiormente la niña que soy se mantiene pendiente, curiosa e inquieta) vamos creciendo y atendiendo a nuestras necesidades internas que nada tienen que ver con los modelos de antaño.

Siempre he puesto un toque de color, y cada vez que lo he hecho he sentido la “autocensura” de lo aprendido o de lo escuchado: 

“Los colores, su uso personal, en estuches, cuadernos, libretas es sinónimo de inmadurez, de infantilismo”, (algo así retumba en mi cabeza) y ha sido una lucha permanente con ese falso consejo.

De un tiempo a esta parte, por no decir de unos cuantos años ahora, el color forma parte de mi vida, en mi entorno, en mi vestuario, en el día a día. Amo lo colores, me encantan, los disfruto, y ahora con esta nueva técnica de dibujo-pintura (acuarelas) que estoy aprendiendo de forma autodidacta los utilizo, mezclo y me dejo sorprender.

Hoy he decido terminar con un estereotipo y seguir descubriendo un mundo nuevo a través de un papel, acuarelas (godets o lápices) de muchos colores y agua, mucha agua.  

domingo, 5 de junio de 2016

Doroteo Fernández, un vallisoletano en Argentina






En un puesto callejero de cosas de segunda mano y antigüedades me llamó la atención un cédula de identidad, fotos y otros documentos.
Debido al precio que pedía el vendedor al ver mi interés me quedé con la cédula de identidad con la intención de escribir al respecto. De esto ha pasado ya un año largo y fue en Buenos Aires, Argentina.

Hoy quiero hablar de Doroteo Fernández, nacido el 6 de febrero de 1882 en Valladolid, España.
En el año 1936 se hizo su primera cédula de identidad en la República Argentina, y la que obra en mi poder es un duplicado realizado el 14 de septiembre de 1954.
Don Doroteo no sabía leer ni escribir, y en el lugar que le corresponde la firma tiene escrito: “Analfabeto”, la impresión de su pulgar derecho y una fotografía.

En Argentina por aquella época la inmigración era frecuente y el primer lugar lo ocuparon italianos y en segundo, españoles. Las historias que oíamos a nuestros mayores sobre la forma de viajar para salir de la hambruna que estaban viviendo en España eran espeluznantes.
Padres que enviaban a sus hijas en grandes barcos, hacinados, un atado con las cosas básicas, desde la más pequeña a la mayor, y de tres sólo llegaron dos porque la del medio debido a las condiciones del viaje enfermó hasta la muerte y el mar fue su lugar de descanso eterno junto con tantos otros que no resistieron la travesía.

        Llegaban con lo puesto para trabajar, las mujeres de sirvientas en casas de los señoritos de la época y los hombres al campo. Trabajaban y ahorraban para comprarse el terreno y hacerse la casa.
Luego se reunían en asociaciones en las que los “gallegos” se conocían, se casaban y formaban su propia familia. Él andaluz, ella valenciana; y todas las combinaciones posibles entre las distintas comunidades, sin embargo, para todos nosotros eran “gallegos” y “tanos”.

         Doroteo Fernández ha sido uno de los tantos inmigrantes que seguramente con su esfuerzo, con su trabajo, con su vida aportó su granito de arena para engrandecer  la tierra que le acogió y en ella, en algún lugar, sus restos estarán. ¿Habrá tenido hijos?, vaya uno a saber.

         Simplemente he recuperado un nombre, un apellido y con él quisiera homenajear a 
todos aquellos que de una manera u otra han salido de su país, y han asumido como propio el país que los acogió sin olvidar sus raíces. 

lunes, 18 de enero de 2016

Una fotografía, su fotografía

Simplemente: Ness 
Muchos de nuestros contactos en Facebook son amigos, familiares y compañeros de algunos de los tantos caminos que recorremos juntos en un determinado momento.
También la pertenencia a un “grupo” hace que conozcamos su obra, su expresiones, su manera de ser a través de sus palabras o de sus comentarios. Realmente son muchos con los que nunca hemos coincidido personalmente, y unos pocos en los que un evento específico nos permite una toma de contacto en la que cuesta romper el hielo de una familiaridad que dan las redes.

Otras veces, pasas al lado y no le reconoces.

Porque cuando se tiene memoria fotográfica de una situación y de un momento, la publicación de sus fotografías te da una bofetada de realidad en la que pone en evidencia que somos anónimos e invisibles a los ojos del otro o viceversa.

Sin embargo, tengo que reconocer que a través de las redes, a través de este medio he conocido personalmente a dos personas fantásticas, a él primero y luego cuando apareció ella, a los dos. Él un fotógrafo avezado que ha compartido su conocimiento y que también ha sabido orientarme en mis primeros pasos con una réflex. Fue una cita a ciegas y nos lo pasamos realmente fenomenal los cuatro. De esto hace ya un par de años largos.

No suelo aceptar personas que de manera aleatoria el programa me adjunta. Muchos de los están en mi lista son compañeros de ruta y a medida que ido transitando otros caminos ésta se ha ampliado.
Estudiar en una Universidad a distancia y con las nuevas tecnologías, la pertenencia a grupos es de obligado cumplimiento, sea en los foros de la misma universidad o en los foros que se crean ex profeso en Facebook, y es allí donde se amplia considerablemente la lista de “amigos”.

Hay personas que realmente son generosas con su conocimiento, que son más rápidas para ver las cosas y que de manera totalmente altruista lo comparten, son finas en su expresión, en sus palabras y aunque no les conozcas personalmente a través de ellas se va descubriendo una personalidad que se mantiene con el tiempo, y gusta, gusta leerla, seguir sus comentarios y agradecérselos.


Estas palabras van dirigidas a alguien que no conozco de momento personalmente, y que hoy colgó una fotografía, su fotografía, que dice más que las mil palabras que pueda escribir sobre ella.

viernes, 8 de enero de 2016

Derechos asertivos



"Si sacrificamos nuestros derechos con frecuencia, estamos enseñando a los demás a aprovecharse de nosotros". 

P. Jakubowski

(c) Spinoza AC

1.     El derecho a ser tratado con respeto y dignidad
2.    El derecho a tener y expresar los propios sentimientos y opiniones
3.    El derecho a ser escuchado y tomado en serio
4.    El derecho a juzgar mis necesidades, establecer mis prioridades y tomar mis propias decisiones
5.   El derecho a decir “NO” sin sentir culpa
6.    El derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta de que también mi interlocutor tiene derecho a decir “no”
7.    El derecho a cambiar
8.    El derecho a cometer mis errores
9.    El derecho a pedir información y ser informado
10. El derecho a obtener aquello por lo que pagué
11.  El derecho a decidir no ser asertivo
12. El derecho a ser independiente
13. El derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, etc., mientras no se violen los derechos de otras personas
14. El derecho a tener éxito
15. El derecho a gozar y disfrutar
16. El derecho a mi descanso, aislamiento, siendo asertivo
17. El derecho a superarme, aún superando a los demás