lunes, 24 de junio de 2013

Miss Nk

He terminado mi curso de fotografía, sin embargo me considero una "aprendiz de fotógrafa" debido a que el aprendizaje acaba de empezar. He aprendido mucho y más, viendo el trabajo de grandes fotógrafos, siendo alguno de mis preferidos Henri Cartier-Bresson y Annie Leibovitz. He de asimilar mucha información y también aprender a "escribir" con la luz. Por lo pronto abriré una cuenta en Flickr y publicaré aquellas fotos que considere puedan ser interesantes por la técnica empleada o bien porque pueden transmitir una idea o un sentimiento a quien la vea. Después del curso he perdido espontaneidad o quizás la responsabilidad de disparar correctamente hace que me sienta condicionada a determinados valores que antes no tenía en cuenta. Por cierto que "Miss Nk" y yo tenemos mucho que recorrer juntas y espero que ambas seamos una.  El día que la bauticé nos tomamos un cafecito e hicimos juntas esta foto. 

viernes, 14 de junio de 2013

Personas únicas


A veces pensamos que somos únicos. Únicos en nuestra personalidad, únicos en nuestros pensamientos, únicos en nuestros actos, únicos en tantas cosas.
Nos cruzamos diariamente con mucha gente, gente que va y viene como nosotros; sin embargo, nunca llegamos a entablar una conversación con nadie. Miramos sin ver, de una manera u otra no emitimos ningún comentario, ningún intento de contacto con el otro. 
Últimamente cuando veo algo que me llama la atención o que me gusta de alguien se lo digo, algún detalle o algo que lleva puesto, o simplemente la belleza que para mi tienen sus facciones o su maquillaje, o su forma de estar. Hay personas que son fantásticamente hermosas, no cumplen ningún canon de belleza sino que transmiten un encanto que “yo” percibo como tal. 
Es igual la edad, el sexo o el lugar, lo que mi corazón y mis ojos me señalan que es bello y lo percibo como tal no tengo ningún inconveniente en decirlo, no sólo pensarlo. 
Hoy he estado con alguien que me ha atendido en un mostrador. El mostrador era alto y la persona en cuestión estaba sentada por lo que podía verla trabajar, ver sus abalorios, anillos y el reloj. El reloj me llamó la atención, me encantó, por su color; el diseño es igual al que llevo. Espontáneamente se lo dije, creo que además de no esperárselo se sorprendió y ya le mostré mi modelo de “Swatch”. De pronto establecimos una conversación que giró en torno a los relojes, a ambas nos gustaban, ambas guardamos modelos viejos por su diseño, y ambas nos regalamos cosas en momentos de alegría o de desánimo porque nos los merecemos. Ambas coincidíamos en tantas cosas y sin embargo, ambas éramos tan desconocidas. 
Hay mucha gente, gente que va y viene, sin embargo, no nos damos cuenta de tantas cosas que sin saberlo nos unen, obviamente que no en todo, sino en puntos en los que somos comunes y nuestra idea de seres únicos se desvanece, poniendo en evidencia que el mundo está lleno de similitudes, que las originalidades que creemos tener no son tales, sino que muchos las poseen y que no lo sabemos por la falta de contacto con el otro.  

domingo, 9 de junio de 2013

La emoción en la fotografía.


“Lo que hace de una instantánea una gran foto es la reacción que esa fotografía produce en quien la ve, las emociones que libera en él. Los sentimientos que induce. Algo así como lo que hace la poesía o la música”. 


El amor no tiene edad



Desde que comencé el curso de fotografía he aprendido mucho técnicamente, he perdido el miedo a tocar botones y he incrementado mi vocabulario. Obturación, diafragma, balance de blancos, profundidad de campo y un largo etc., lo único que no me resultó desconocido fue el ISO. Había leído mucho sobre el tema, pero la verdad que ponerlo en práctica con una réflex es otra cosa.
He sido una “fotógrafa social” con mi cámara Canon Ixus I085 compacta y en modo automático. Era realmente feliz con lo que lograba captar y no sé si emocionaba a alguien, sinceramente no he hecho fotos para emocionar a nadie sino para tener un recuerdo de momentos compartidos o lugares en los que he estado, o simplemente dejar constancia de la belleza de lo que a mí si me emocionaba (un paisaje, una flor, una puesta de sol, un lugar) . Mi cámara compacta era y es mi compañera inseparable. Quizás como hoy lo será para más de uno un iPhone o un Smartphone. Hoy como “aprendiz de fotógrafa” no me siento feliz, he perdido en espontaneidad y para cuando logro regular la réflex (todo manual) la escena que quería captar deja de interesarme, o bien porque cambia la luz, bien porque cambia la velocidad, bien porque el exposímetro no se nivela a 0 y ya está la foto sobreexpuesta o subexpuesta. Ni qué decir, si tengo que fotografiar cosas en movimiento, o personas... (estás últimas se pueden morir de asco hasta que yo logro los ajustes necesarios). Aunque no nos engañemos, el modo automático está ahí para ser usado. Y son muchos los que aún con una gran cámara réflex recurren a él para evitar estos contratiempos.  Cierto es que he aprendido a “ver” desde otro punto de vista, y claro, mis fotos son mis fotos, y no tengo la impresión de que “transmitan” nada. El aprender técnicas nuevas no siempre dan “alas”,  a veces te las cortan y te limitan más que cuando eres “ignorante” en el tema.