viernes, 14 de junio de 2013

Personas únicas


A veces pensamos que somos únicos. Únicos en nuestra personalidad, únicos en nuestros pensamientos, únicos en nuestros actos, únicos en tantas cosas.
Nos cruzamos diariamente con mucha gente, gente que va y viene como nosotros; sin embargo, nunca llegamos a entablar una conversación con nadie. Miramos sin ver, de una manera u otra no emitimos ningún comentario, ningún intento de contacto con el otro. 
Últimamente cuando veo algo que me llama la atención o que me gusta de alguien se lo digo, algún detalle o algo que lleva puesto, o simplemente la belleza que para mi tienen sus facciones o su maquillaje, o su forma de estar. Hay personas que son fantásticamente hermosas, no cumplen ningún canon de belleza sino que transmiten un encanto que “yo” percibo como tal. 
Es igual la edad, el sexo o el lugar, lo que mi corazón y mis ojos me señalan que es bello y lo percibo como tal no tengo ningún inconveniente en decirlo, no sólo pensarlo. 
Hoy he estado con alguien que me ha atendido en un mostrador. El mostrador era alto y la persona en cuestión estaba sentada por lo que podía verla trabajar, ver sus abalorios, anillos y el reloj. El reloj me llamó la atención, me encantó, por su color; el diseño es igual al que llevo. Espontáneamente se lo dije, creo que además de no esperárselo se sorprendió y ya le mostré mi modelo de “Swatch”. De pronto establecimos una conversación que giró en torno a los relojes, a ambas nos gustaban, ambas guardamos modelos viejos por su diseño, y ambas nos regalamos cosas en momentos de alegría o de desánimo porque nos los merecemos. Ambas coincidíamos en tantas cosas y sin embargo, ambas éramos tan desconocidas. 
Hay mucha gente, gente que va y viene, sin embargo, no nos damos cuenta de tantas cosas que sin saberlo nos unen, obviamente que no en todo, sino en puntos en los que somos comunes y nuestra idea de seres únicos se desvanece, poniendo en evidencia que el mundo está lleno de similitudes, que las originalidades que creemos tener no son tales, sino que muchos las poseen y que no lo sabemos por la falta de contacto con el otro.  

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