viernes, 14 de marzo de 2008

Momentos grises

A pesar de todo, hay días con colores, algunos más opacos o brillantes, algunos más fuertes que otros. Hoy tengo un día gris, quizás porque las fuerzas ante tanta lucha me abandonan o porque necesito sacar todo lo que voy acumulando dentro, cansancio, ansiedad, impotencia o simplemente agotamiento físico, emocional y mental.
Mi intuición de madre en estos días no me lleva a ningún lado, solo a una pared frente a mí, como si del Muro de los Lamentos se tratara, donde no me queda más posibilidad que descargar todo lo acumulado, a través de lágrimas que van bajando y nublando mi vista. Una vez pasado este momento, ya estoy otra vez en forma para comenzar a andar el día, sacando esa energía que me da la vida misma.

jueves, 13 de marzo de 2008

El viaje

Desde que recibimos la noticia de tu accidente comenzó la búsqueda desesperada de un vuelo que nos llevara a Málaga. Dada la hora, el aeropuerto más cercano era el de Frankfurt, llamaron nuestros amigos Rosa y Klaus por nosotros, (yo no estaba en mi, estaba contigo..) y no se consiguió nada a primera hora pero sí en el de Stuttgart, así que cogimos lo que teníamos puesto, pasamos por casa (Heilbronn) y armé una maleta con lo justo y necesario, no podía con los nervios.
El vuelo salió sobre las 8 hrs, hizo escala en Zurich y llegamos a Málaga a las 13.00 hrs. Esas horas se hicieron interminables. Allí nos esperaba tu padre, quién nos contó cómo había recibido la noticia a través de la Guardia Civil, ibas solo en el coche y estabas en coma, yo hasta que no te vi no estaba segura de todo lo que escuchaba. Llegamos al hospital, fuimos directamente a la UCI porque a las 13 hrs había comenzado el horario de visita hasta las 14 hrs. Allí había un montón de gente, gente conocida, curiosos, si mi querido, esos curiosos morbosos que acuden como buitres ante semejante noticia, gente que hablaba y que gesticulaba cosas que yo no oía. Tan solo quería verte. Estaba desesperada.
Finalmente nos dejaron pasar, de uno en uno, te vi, estabas entubado, con respiración asistida, con un montón de agujas en el brazo además de un sensor que controlaba la presión intercraneal, lo único que te habías lastimado y desgarrado era el lóbulo izquierdo de tu oreja, ningún hueso roto y todo el golpe en la cabeza.
La máquina a la que estabas conectado no dejaba de hacer diferentes sonidos que señalaban tus constantes vitales. Alrededor había otros pacientes, otros ruidos, otras caras angustiadas, tú eras el más joven de todos ellos.
Después del horario de visita nos dieron el parte médico. Traumatismo craneoencefálico, coma en la escala de Glasgow 3 y ninguna respuesta o reacción por tu parte.
Había que esperar, tu estado era muy grave.
Recordar esos momentos ahora me llenan los ojos de lágrimas, no porque me duela hacerlo sino por lo afortunada que he sido y soy al tenerte hoy a mi lado.

viernes, 7 de marzo de 2008

Mollina

Cada fin de semana vamos a este pueblo que tiene grandes extensiones de campo sembrados de distintos árboles. En este caso los almendros están en plena floración, al acercarnos a ellos podemos ver y oír el zumbido de las abejas, yendo de una flor a otra, trabajando sin parar. Señal inequívoca de que la primavera está aquí, con sus distintos colores de verdes nuevos, con su aire fresco y dulzón, por los olores de la tierra calentada por el sol. A pesar de todo lo que nos rodea, bueno o malo, la naturaleza sigue su curso y nos regala bellezas como esta, que nos recrean la vista, el alma y el corazón.


sábado, 1 de marzo de 2008

Nuevo día

La vida ha dado un vuelco muy grande en nuestro camino, nos ha puesto otra vez en el principio del mismo, aunque con la experiencia anterior y por suerte mantenida.
Es increíble cómo se saca fuerza de flaquezas y se sigue adelante en momentos en que cual dibujo animado el mundo nos embulle hacia el fondo, donde la oscuridad es total pero un pequeño haz de luz permanece como hilo conductor hacia la salida.
En principio ese haz es muy tenue casi imperceptible pero a medida que pasan las horas, los días, los meses y nos vamos acercando a él su calor nos envuelve, nos cobija bajo el manto de la esperanza y seguimos avanzando cada día un poco más hacia ese nuevo camino que hemos de rodar.
La muerte ha pasado muy cerca, tanto que casi he podido sentir su aliento, un aliento fétido y repugnante, dejando constancia de lo próxima que está en nuestras vidas y también como señal de una segunda oportunidad. Una segunda oportunidad para todos, para valorar lo que es realmente importante, para darnos cuenta que la vida en un abrir y cerrar de ojos nos deja desnudos y solos en medio de un trayecto desconocido y en el que hemos de volver a andar sin volver la mirada atrás.
Ya ha salido el sol, y con él comienza nuestro nuevo día.