viernes, 12 de agosto de 2016

Colores

(c) Spinoza AC

Siempre me gustaron los colores, colores para usar y colores para la vida.

Los colores tienen un significado, representan una emoción.
Sin duda el negro no es un color de mi vida, sin embargo le reconozco el valor de la formalidad y la elegancia que tiene, de la uniformidad en determinadas situaciones o específicas de lugares de trabajo.

Hoy estoy rompiendo con un molde que durante años ha rondado mi cabeza, y que durante mucho tiempo me limitó con respecto a la utilización o al placer de usar colores.
A veces tomamos como referencia a alguien a quien le atribuimos todo aquello que nosotros no somos, ni tenemos por asomo o que creemos que no lo poseemos (esa es otra historia).

La cuestión es que las palabras marcan y uno en su inocencia, en su incredulidad cree que esa persona está en lo cierto, por edad, por experiencia, por el respeto que uno siente.

Ahora con mis colores, con la edad que tengo y con las ganas de disfrutar de ellos rompo con ese modelo de juventud que no tiene nada que ver con el uso o no de colores, sino con la estrechez mental de cada uno o la época que se vive o con un modelo restringido.

Obviamente que con el transcurso del tiempo, con la madurez propia (aunque interiormente la niña que soy se mantiene pendiente, curiosa e inquieta) vamos creciendo y atendiendo a nuestras necesidades internas que nada tienen que ver con los modelos de antaño.

Siempre he puesto un toque de color, y cada vez que lo he hecho he sentido la “autocensura” de lo aprendido o de lo escuchado: 

“Los colores, su uso personal, en estuches, cuadernos, libretas es sinónimo de inmadurez, de infantilismo”, (algo así retumba en mi cabeza) y ha sido una lucha permanente con ese falso consejo.

De un tiempo a esta parte, por no decir de unos cuantos años ahora, el color forma parte de mi vida, en mi entorno, en mi vestuario, en el día a día. Amo lo colores, me encantan, los disfruto, y ahora con esta nueva técnica de dibujo-pintura (acuarelas) que estoy aprendiendo de forma autodidacta los utilizo, mezclo y me dejo sorprender.

Hoy he decido terminar con un estereotipo y seguir descubriendo un mundo nuevo a través de un papel, acuarelas (godets o lápices) de muchos colores y agua, mucha agua.