miércoles, 27 de abril de 2011

El miedo escénico

Desde mi incorporación a la "sociedad", es decir, desde mi retorno a la misma he notado que lo he hecho desde una perspectiva más observadora. En esta etapa dejo fluir mis impresiones, no las censuro, simplemente van y vienen. Mi observación pasa por el comportamiento de las personas ante una presentación, en este caso una presentación de un tema ante el resto del grupo y con un profesor que escucha. Es curioso ver como se repite el mismo patrón, miedo, sudor, palpitaciones y una postura física que confirma ese estado de ansiedad. Con independencia de la edad, uno tras otro repite el mismo modelo, el rostro tenso, la mirada dirijida al profesor como si el resto no existiera, una seriedad extrema, un tono de voz alto como si los que escuchan fueran sordos, y al finalizar se ilumina el rostro, una sonrisa y un cuerpo relajado después de la tensión sufrida. Si se pudiera iniciaría el proceso al revés. He visto tantas presentaciones, en seminarios, en clases, en distintos sitios. En un congreso al que asistí, la presentación en power point contenía dibujos infantiles animados, de esos que se utilizan en situaciones informales, la exponente estaba tan seria, su tono de voz era tan seco que parecía enojada de estar ahí. Su mirada se perdía entre las líneas que leía y en ningún momento se atrevió a levantar la vista. Después al finalizar, escuché a familiares y amigos diciendo que había estado fantástica, que la presentación había estado muy bien, menuda falsedad. Cosas de la vida, tuvimos que compartir mesa, hablamos de esto y de aquello, ella siempre rodeada de sus amistades. No pude contenerme y antes de despedirnos le di mi opinión sobre lo que había visto, con muchísimo tacto y prudencia. La falta de profesionalidad de quienes la rodeaban se puso en evidencia y su agradecimiento fue sincero.

jueves, 21 de abril de 2011

La amistad, la distancia y las malas noticias

Elsa me enseñó tantas cosas, cosas que aprendió de la experiencia que da la vida y que me transmitió con mucha sabiduría. Cosas que aún hoy forman parte de mi forma de ser y que siempre agradeceré. Hoy está enferma, tiene cáncer y no lo puedo creer. Qué golpe tan bajo he recibido y lo peor de todo es la distancia, esta distancia que nos separa y que no podré superar. Siento un gran dolor en el alma y las lágrimas no me permiten escribir. Mi querida Elsa....

miércoles, 20 de abril de 2011

Entre libros


"En caída libre" de Rosa Ribas es el título de mi última lectura. Al abrir un libro suelo mirar el índice e irme a la última página para leer los agradecimientos y al hacerlo tuve la sensación de que la autora ya había previsto esa posibilidad lo que no dejó de sorprenderme. Fue como "sentir" que lo había escrito para mí cuando en realidad está escrito para todos aquellos lectores que al igual que yo suelen tener el mismo ritual al comenzar una novela.
La autora nos introduce en las entrañas del aeropuerto de Fráncfort, donde trabajan miles de empleados y por el que circulan millones de personas. La protagonista, la comisaria Cornelia Weber-Tejedor se sumerge voluntariamente en un mundo ajeno al propio con una doble finalidad, por un lado escapar a una realidad personal que la desborda emocionalmente adoptando una nueva identidad y por otro investigar un asunto relacionado con el tráfico de drogas en uno de los mayores aeropuertos de carga del mundo y de los más transitados de Europa.
Rosa Ribas nos pasea a través de las palabras por distintas realidades con gran sutileza, escenas cotidianas son detalladas con gran maestría y tanto los personajes como las situaciones destilan una gran veracidad. Los sentimientos de la protagonista y el de los personajes que la acompañan calan en el lector, es como formar parte de la historia y sentir en carne propia las experiencias de todos los que participan, justificando y entendiendo en ocasiones determinadas acciones. Cornelia, hija de padre alemán y madre española en esta historia se supera a sí misma, no sólo como persona sino también como profesional. Rosa Ribas ha sabido transmitir ese crecimiento en cada página de su libro y ha descripto temas como la inmigración y la mujer, las ilusiones, los sueños, la xenofobia, la miseria, la amistad y el amor. Una novela que engancha por su trama de principio a fin.

domingo, 10 de abril de 2011

Un regalo sorpresa


Llevo mucho tiempo sin levantar cabeza, mi equilibrio emocional está mal, mi capacidad de reacción a las cosas negativas que me rodean es casi nula, si a esto le sumo mi cumpleaños y la situación económica y social actual completo el panorama.
Estoy con un grupo fantástico de gente haciendo un curso de formación, todos estamos en la misma situación: desempleados.
La edad es diversa desde la más joven que tiene 21 años hasta los que pasamos los cincuenta. Somos 16 personas que aportamos con nuestra experiencia la parte práctica de este curso. He de decir que sólo hay un chico, que se incorporó más tarde, al igual que otra compañera. Todos con su historia, todos con una trayectoria, todos con años de trabajo, todos con un factor común: el haber perdido su trabajo recientemente y estar en el paro.
Al margen de esto, al día siguiente de mi cumpleaños ni bien entré al aula mi compi me hizo un regalo, un CD y casi textualmente me dijo: "ponte tus auriculares, túmbate en un lugar tranquilo y escucha el CD". Ese día precisamente no fue un buen día para mí, ni qué decir tiene que la tarde fue muy desagradable. Me acordé del regalo, y en la tranquilidad de la noche me puse a escucharlo. Ni bien empezaron los primeros acordes la emoción, las lágrimas y el agradecimiento hacia mi compañero iban en aumento. El CD contiene música clásica, música que ha elegido como si yo lo hubiera hecho, música que me llenó mi alma y el corazón. No llevamos muchos días juntos, en general y en particular, sin embargo quiero destacar su sensibilidad para ver más allá de mi. Al día siguiente le di las gracias de todo corazón, y se lo comenté. Fue una sorpresa increíble, creo que es la primera vez en mucho tiempo que alguien "casi desconocido" tiene un detalle tan significativo hacia mi. Para lo que me cayó durante el día, la música fue mi remanso de paz ¡gracias!.

domingo, 3 de abril de 2011

Primer día de playa


Durante la semana tuvimos unos días brillantes de sol y con mucha claridad. De un tiempo a esta parte, estamos todos muy pendientes del parte meteorológico porque hemos un tenido un invierno muy gris y lluvioso. Por eso el viernes pensé que el sábado había que aprovecharlo, ya que nos habían anunciado que el domingo volvería el mal tiempo. Sin embargo, el sábado no amaneció tan claro, ni había un sol radiante. La temperatura era agradable y nos fuimos a la playa que está enfrente casi de nuestra casa. Había poca gente tomando sol, muchos paseando y otros pescando. El mar tenía un color gris, una gris brillante precioso y sereno que embelesaba. En un momento dado fui a sacar fotos, y estuve buscando aquello que me llamase la atención, ya sean caracoles, piedras o algas. Como siempre de las muchas que hice luego son muy pocas las que considero buenas o que merecen la pena guardarse. En ello estaba, además de mis pensamientos. Mis pensamientos que no paran de dar una y mil vueltas, vueltas que van y vienen y no encuentran un punto de inflexión, un punto de salida o un punto de claridad. No sé si se debe a la proximimidad de mi cumpleaños, a mis expectativas en este tiempo, a la situación actual o a esos cambios internos que siento y que no logro ordenar y sacar al exterior. De pronto me levanté y en vez de ir en la dirección en que estábamos fui por un camino más largo, fue una sensación extraña, sin embargo al avanzar unos pasos me encontré con un billete de 20 euros, creo que miré hacia a mi alrededor pensando en que sería una broma, vamos que no había en ese momento nadie y de pronto el papel estaba allí. No atiné ni siquiera a hacer una foto. Creo que es la primera vez que me encuentro un papelito de estos y me quedé pensando en mi mensaje, si es que lo tiene.