domingo, 20 de abril de 2008

La música

Es increíble como una melodía nos puede transportar mentalmente a un tiempo pasado que tenemos guardado en nuestro corazón y que se abre con los sones de tal o cual canción.
De pronto estamos inmersos en una tarea, con los cascos puestos, luchando por lograr unos objetivos de aprendizaje y sin darnos cuenta nos invade una sensación de nostalgia que nos recorre todo el cuerpo y sobre todo le da al alma un pequeño empujoncito para sacar al exterior esos recuerdos y sentimientos asociados con esa letra, con esa melodía, con esa canción.
El cielo está gris, pero este gris no es el mismo gris que vi y viví en otro país, el gris de hoy es luminoso, y el gris que viví era más oscuro, más silencioso, más opaco, sin embargo no dejaba de tener su belleza.
A través de la ventana podía ver las copas de los árboles, podía escuchar los pájaros y ante ese paisaje escuchar de fondo (lejos, muy lejos) la música que hoy me ha hecho regresar a mi pasado reciente. Un pasado lleno de trabajo, un trabajo interesante y nuevo, un trabajo que en si mismo era un desafío y llenaba cada hueco de mi curiosidad, de mi ignorancia, de mi querer saber y aprender para luego poder enseñar. La enseñanza fue una gran puerta que se abrió en su momento y que llenaba todos los requisitos de mi búsqueda intelectual y personal. De la mano de una gran profesional y ser humano, aprendí cada día algo y también aprendí con mis alumnos, los que con sus preguntas e inquietudes hacian que mi vida fuera excepcional. Hoy recuerdo aquel tiempo, con nostalgia, con emoción y con tristeza, por todo lo que se quedó atrás y no volverá.

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