sábado, 13 de diciembre de 2008

Día gris

Hoy y ahora estoy triste y gris como el tiempo afuera, con una gran angustia en mi interior. Fuera llovizna y mi corazón llora una pena que no sabría definir en estos momentos. Tengo muchas cosas guardadas en mi caja de emociones personales, algunas para que no molesten, otras porque son tan lindas que no quiero perderlas y otras que no sé qué hacer realmente con ellas. Quizás sean estas últimas las que están hoy un poco revueltas, pues las conservo por si algún día las pudiera necesitar o porque me da pena deshacerme de ellas, o porque no quiero olvidar el porqué las he guardado.
Estoy infinitamente triste, me desestabilizo con mucha facilidad, y mi cabeza no para de trabajar dándole vueltas a una cosa y otra, cosas que quizás mi razón me machaca para que las vea o que son imaginarias y por eso prefiero ignorarlas. Aunque esto último hace que vuelvan una y otra vez a revolotear como pájaros desesperados.
Debo elegir, la vida en sí es un elegir permanente aunque no nos demos cuenta, pues no se puede abarcar todo. Otra vez me he perdido, otra vez estoy insegura del camino que he escogido, otra vez tengo la sensación de no estar en el lugar adecuado. Me pregunto si alguna vez lo encontraré, si alguna vez podré estar tranquila y decir, “aquí es donde quiero estar o a dónde quería llegar”.
Estoy en un periodo de transición, es como estar atravesando un lugar gris en búsqueda de todos los colores que ayer viví. La inseguridad hoy me guía y su compañía no me resulta grata, por el contrario es una carga muy pesada.

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