“Ist doch egal, wer der erste und wer der
zweite sind, wir sind die weltbesten ARGENTINA und DEUTSCHLAND! Tolles Spiel!
Besos de Ausburgo.”
Recibí este mensaje el domingo ni bien
finalizó el partido del Mundial de fútbol 2014 y me emocioné. No soy una aficionada forofa del fútbol,
no tengo ni idea de alineaciones, ni cuando corresponde una falta por un lado o
por otro. Si sé lo que es un penal y un gol, claro. Pero del resto nada de nada. Me
gusta el fútbol. Me gusta ver el Mundial cada cuatro años.
Tengo amigos, amigos
de verdad de distintas partes del mundo, he compartido con ellos momentos
inolvidables, momentos que se graban a fuego en el corazón por siempre, es lo
que tiene vivir fuera del propio país. La convivencia hace que conozcas
culturas, que valores la tuya y que crezcas como persona al participar en
actividades propias de una familia italiana, inglesa, alemana, rusa, española, noruega,
brasileña, colombiana, sueca, francesa, suiza, japonesa, etc., etc.
Soy muy inquieta mentalmente y me he
interesado por saber, aprender y querer a las personas con las que he
convivido. Mi cultura no es mejor que la de nadie, mi cultura está formada por
ese crisol de razas que forma mi tierra, mi Argentina del alma mía, pero
también soy un poco de cada una de las personas con las que he recorrido el
camino de la vida, cosas buenas, ya que de las malas paso o las ignoro.
Cuando vivo un Mundial diversifico mis
preferencias y voy con aquellos equipos en los que mis amigos vibran y sufren
en cada partido. Lo disfruto y lo sufro, me alegro y me entristezco,
seguramente efecto de la empatía.Yo viví el Mundial ’78 y sé lo que se
siente en cada partido, salir a la calle, disfrutar con el desconocido de al
lado por tus colores. También viví el Mundial en el que España
ganó, la alegría de la gente, los niños, familias enteras en la calle
festejando con una alegría que no tiene nada que ver con otras. Este año, después de 24 años Argentina se
acercó a la final y perdió con Alemania. Estoy segura que muchos de mis amigos alemanes
sabiendo el amor que le tenemos a nuestro país se han alegrado con una alegría
agridulce.
Desgraciadamente muchos aborrecen a los
argentinos. En general, el estereotipo que tienen de nosotros no es muy favorable, ¡qué le
vamos a hacer! y muchos argentinos nos aborrecen a los que estamos fuera, creen que no representamos a nuestro país, ¡pobres! la ignorancia tiene esas
cosas.
El fútbol es así, unos ganan y otros pierden. Los dos mejores equipos
del mundo llegaron a la final, Alemania primera y Argentina segunda, no está
nada mal. Soy feliz por ellos y por nosotros.
Herzliche Gluckwünsche!!! Meine liebe
Freunden.
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