martes, 2 de diciembre de 2014

Autores, libros y otros menesteres

                                                                                      © Spinoza AC

Durante el fin de semana asistí por primera vez al Photofestival, era la tercera edición. Había diversos autores de distintas temáticas, y cada uno en su área era un especialista.

De todos los exponentes tenía preferencia por Chema Madoz, su fotografía, su trabajo me gusta quizás por que es un trabajo en el que depende de su imaginación, de su cámara y de su creatividad. Depender de alguien, de algo no es buen asunto en fotografía, desde mi punto de vista. 

En festivales de este tipo, como de cualquier otro con la temática que sea, son un intercambio de conocimientos, de aprendizaje de aquellos que tienen la voluntad de compartir, de enseñar, de dejar para la posteridad trabajos impecables y que de todos los asistentes presentes alguno tome el testigo y continúe con su obra. Según algunos exponentes, con años en la profesión de fotógrafo, antes no se compartía, antes el secretismo prevalecía sobre el compartir.
Hoy quizás debido a la democratización de la fotografía, a las nuevas tecnologías y a las redes sociales,  aprender, ser autodidacta no es una utopía.

Sin embargo, asistir a un curso con el autor de determinada técnica, o de determinada temática con un grupo de personas con la misma inquietud no se puede comparar. Es estar en tu salsa y disfrutar. Obviamente que hay gente con un nivel muy alto, otros medios y los que estamos aprendiendo.

Pero a lo que iba, cuando se quiere aprender una técnica, cuando se tiene la oportunidad de aprender directamente con un autor conocido, cuando has asistido a un curso de … , has pagado por él y además te has comprado un libro de su autoría y te suelta en su ponencia que “piensa en blanco y negro”, que “dispara” cuando tiene todo lo que busca en su fotografía y que luego en Ps sólo toca los niveles y listo, se queda uno a cuadros. Varios que estábamos allí, que coincidimos en tiempo y espacio en aquel curso supongo que también se habrán sorprendido o no, vaya uno a saber.

Por cierto, me preguntaron sabiendo mi opinión sobre este fotógrafo si me iba a quedar a su ponencia, respondí que sí, en primer lugar para intentar cambiar la opinión previa que tenía y en segundo porque había pagado por estar ahí y no me iba a perder ninguna ponencia.


Sin embargo, el libro a día de hoy sigue y seguirá sin abrir. 

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