jueves, 9 de abril de 2020

Mis prejuicios no son los de ellos





Mi trabajo es enseñar alemán a través de la música, del movimiento, de la mímica a unos pequeñitos cuya edad oscila entre 1-3 años. Mis alumnos, te quieren o te odian, y cuando ocurre esto último, al verme entrar corren a esconderse en las piernas de su Seño. Sin embargo, esos que tienen esos sentimientos luego son los que demuestran un amor incondicional por encima del grupo. 

Cuando me propusieron hacer este video, me supuso un dilema por mi defensa del respeto social, y mi rechazo a los excesos festivos que con esta canción se hacía en los balcones. Le di muchas vueltas, no quería participar. Algunos padres me hicieron llegar videos o imágenes de las caras de los niños cuando nos veían, o cuando reconocían las canciones que cantábamos en clase, y entendí que los peques no tienen en la cabeza mis prejuicios. 

Ellos, solo buscan encontrar en esos videos a sus Seños, a señalarlas y decir en sus medias lenguas sus nombres. Si, nuestros niños no están contaminados por esta situación que estamos viviendo o la viven de otra manera. La propuesta llegó y no pude evitarla, creo que el miedo al ridículo me paralizaba las ideas o la creatividad.

La “presión de mi querida compi” y sus recomendaciones, hicieron el resto. No me había dado cuenta del “uniforme de entrecasa” que llevaba hasta que me vestí para la ocasión. Aprenderme la letra, coordinar la música con mi vocalización, verme en los videos, las mil y una tomas falsas, y de pronto, un click de liberalización. ¿Y si pongo esto?, y si ¿cambio por lo otro?, y si ¿le agrego aquello?, y si… entre una cosa y otra, la hora se me pasó volando. Recogiendo de acá y de allá papelitos que los soltaba antes de tiempo…. parar… y volver a juntar (me hizo acordar a los de Clemente*). 

En cada toma falsa, y sin darme cuenta, iba aprendiendo a coordinar, a vocalizar, a divertirme, a reírme de mi misma, y sola en casa, a hablar con las paredes. Sentía la adrenalina subir, y subir, porque la risa y la alegría de estar haciendo algo nuevo tiene eso. 

Yo estaba aprendiendo varias cosas a la vez, cantar ante una cámara, manejar esa cámara, coordinar movimientos y sobre todo me estaba divirtiendo hasta el punto que supe cuál era la toma correcta, la requeteúltima. 

Mi querida compi Irene Robles hizo el resto, montó todos los videos de cada una de las seños; lo que yo pensé que me pasaba sólo a mi, les pasaba a ellas también. El resultado final, un trabajo re lindo. Vernos creo que ha sido lo mejor, porque en este aislamiento social que estamos viviendo, valoramos a todos y cada uno de los que comparten nuestro día a día, y yo para variar soy una privilegiada, por mi trabajo, por los niños, por las seños de aquí y de allí, o de allí y de aquí. 


Si, ha sido una buena idea participar, romper mis propias limitaciones, y saber que más de un niño al vernos nos recordará y sonreirá. 





(*) Clemente es un personaje de viñeta, similar a un pajarito rayado sin alas, de Caloi, que se hizo famoso en Argentina en el Mundial´78.

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