viernes, 3 de abril de 2020

"Sudacas", "Negros", "Moros" y "Cristianos"


En esta situación que estamos viviendo, están saliendo a relucir lugares de trabajo y actividades realizadas por personas que antes de esta pandemia estaban en lo más bajo de la escala social.

No es lo mismo estar en una oficina de punta en blanco; que llevar entre manos una fregona. 

No es lo mismo, trabajar desde un lugar privilegiado, no hacer esfuerzo físico, ni ensuciarse las manos; que coger una pala.

No es lo mismo, sacar las hierbas malas de tus macetas; que estar labrando la tierra.

No es lo mismo, ir al super a comprar fruta o verdura; que sembrarla.

No es lo mismo, conducir coches de alta gama; que un tractor.

No es lo mismo, remolonear en la cama los fines de semana; que levantarse de madrugada para atender las necesidades del campo. 

No es lo mismo, sacar a pasear a tu perro o cuidar a tus animales de compañía; que ser responsables de una piara, un rebaño, un gallinero, etc.

No es lo mismo, ser turista; que extranjero.

No es lo mismo, ser extranjero rico; que pobre.

No, no es lo mismo. 

Hoy, en el sector primario, hay lugares de trabajo, lugares de hacinamiento,  lugares de explotación, lugares que ningún nacional ha querido ocupar, lugares de jornadas interminables (casi de esclavitud). 

Hoy esos lugares reclaman a gritos esa mano de obra que está confinada en sus países de origen. España y Alemania se enfrentan a esta realidad, salida a flote por la pandemia, y seguramente en muchos más países. 

Hoy son muchos los que están levantando la voz, incluso los más acérrimos enemigos de esos “extranjeros”, porque se han dado cuenta que ellos también los necesitan.

Ha llegado la hora de la recogida de esos productos, para que no nos falten en nuestras mesas, sin embargo, escasean los “sudacas”, los “negros” y los “moros”, claro que, en esta circunstancia somos todos “cristianos”. 


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